El país pasa uno de los momentos de más polarización en su historia, hablar de un tema de importancia en México o realizar una crítica constructiva es estar expuesto a constantes ataques y burlas, es como si existiera un grupo de buenos y malos, donde un solo bando tiene la verdad absoluta.
Los discursos de odio emanados del Palacio de Gobierno ya suelen ser más frecuentes y directos, desde decir que la clase media es aspiracionista por luchar por una mejor calidad de vida, hasta llamarlos egoístas por estudiar o prepararse, que no esa misma clase media de México que es un 70% de la población fue la que hizo llegar al Presidente a Palacio Nacional.
¿Desde cuándo ya no somos mexicanos? ¿Desde cuándo nos convertimos o nos clasificaron como chairos, fifís o aspiracionistas?
México es más grande que un Gobierno, partido o persona, hace un par de años conviviendo en el día a día con mis amigos me di cuenta de que tenían en su vocabulario la palabra fifí y chairo, y lo decían cada vez que podían.
¿Pero con que autoridad moral alguien puede dividir a la sociedad inculcando un pensamiento de contienda, simplemente por la forma de pensar, hablar y actuar distinta al de frente?
¿Acaso eso no es una forma de discriminación?
Me hace recordar la historia de racismo en Estados Unidos, donde antes las personas de piel oscura no podían estudiar o recibir ciertos derechos, debido que la gente blanca era quien dictaminaba las reglas de la sociedad, en religión, tradiciones, salud, vivienda, vestimenta, economía, cultura, comunicación y política.
Actualmente hablar de política y las causas que derivan de ella, dado por discursos de odio, han llevado a divisiones dentro del núcleo de la sociedad que es la familia, todos tenemos un tío o primo, donde si realizas una crítica objetiva con argumento a un gobernante o partido te clasifican de “Chairo o fifí” y casi un linchamiento emocional.
Que no se pierda el dialogo, el intercambio de ideas, el argumento, la crítica constructiva y los datos duros, que sirven para enriquecer la comunicación. Todo lo anteriormente nos hace pensar y reflexionar.
México es más grande; Este país es rico por su gente, su presente, su historia, cultura, lenguaje, flora, fauna, por el trabajo de su gente, por su carisma y alegría, por la gente que se prepara por una mejor calidad de vida todos los días. Que nadie ni nada nos divida, todos somos mexicanos. Todos somos hermanos.
Presidente Estatal del Movimiento Juvenil Mexicano del PRI Sonora
