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Día internacional del Migrante

El 18 de diciembre se celebra el Día Internacional del Migrante, una fecha que nos invita a reconocer el coraje y la determinación de millones de personas que abandonan sus hogares en busca de un futuro mejor. Proclamada en el año 2000 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, esta efeméride destaca la contribución de los migrantes al desarrollo de las naciones y reivindica la necesidad de garantizar sus derechos humanos. Con más de 281 millones de migrantes internacionales en 2020, este fenómeno refleja la esperanza de quienes enfrentan guerras, crisis climáticas y desigualdades extremas para construir una nueva vida. Los migrantes envían remesas que alcanzaron los 647 mil millones de dólares en 2022, transformando economías y sosteniendo a familias enteras. Son quienes trabajan incansablemente en la agricultura, la construcción y los servicios, dejando huella en cada lugar donde pasan. Pero también son quienes enfrentan discriminación, peligros mortales y rutas migratorias plagadas de riesgos.

En el caso de México, la migración no solo es un hecho, es una narrativa profundamente arraigada en su historia. Este país, tierra de paso y de destino, también ve partir a millones de sus hijos. Cerca de 12 millones de mexicanos residen en el extranjero, principalmente en Estados Unidos, y sus remesas, que alcanzaron un récord de 58 mil millones de dólares en 2022, son un testimonio del amor y el sacrificio por sus familias. Al mismo tiempo, México abre sus fronteras a migrantes de Centroamérica que huyen de la violencia y la pobreza en busca de esperanza. En este camino encuentran otros retos como extorsión, violencia, persecución y trata de personas son peligros que acechan a quienes salen de su país con el deseo inherente de buscar una mejor calidad de vida para ellos y sus familiares.

En este día, también recordamos las trágicas cifras de la Organización Internacional para las Migraciones, que reportó la desaparición o muerte de al menos 5,000 migrantes en 2022. Este día nos desafía a actuar, a construir rutas seguras, fortalecer la cooperación internacional y, sobre todo, a abrazar la solidaridad como el camino hacia un mundo más justo y humano, abordándolo desde políticas inclusivas, respetuosas de los derechos humanos y dignas que reconozcan el valor de cada persona migrante. La migración es una expresión de valentía y esperanza, en el Día Internacional del Migrante, no solo recordamos las cifras, las historias y los desafíos, sino que reafirmamos un llamado urgente: proteger a quienes cruzan fronteras no es solo un acto de humanidad, es un compromiso con el futuro que todos compartimos.

Es esencial que, como sociedad, reconozcamos el aporte invaluable de los migrantes en todos los aspectos de la vida cotidiana, desde la economía hasta la cultura. A menudo invisibilizados, son ellos quienes garantizan el funcionamiento de sectores clave como la agricultura, la salud y la construcción, aportando una mano de obra esencial para la prosperidad de las naciones. Pero, al mismo tiempo, enfrentan obstáculos legales, discriminación y estigmatización, lo que limita su capacidad para integrarse plenamente en las sociedades que los acogen. Es urgente que trabajemos juntos para erradicar estos prejuicios y promover políticas públicas que favorezcan la inclusión, el respeto y la protección de los derechos de los migrantes.

El Día Internacional del Migrante es también una oportunidad para reflexionar sobre la responsabilidad compartida que todos tenemos en la creación de un mundo más justo y solidario. Cada migrante que cruza una frontera lo hace con la esperanza de un futuro mejor, pero también con la carga de los desafíos y sacrificios de dejar atrás todo lo conocido. Es nuestra obligación, como comunidad global, garantizar que su travesía sea más segura, digna y llena de oportunidades.

Al abrazar la migración como un fenómeno natural y humano, también debemos reconocer la importancia de las políticas que promuevan el desarrollo equitativo y la paz. En un mundo interconectado, la migración no es un problema aislado, sino una consecuencia directa de las injusticias sociales, las guerras y los desastres naturales. Solo a través de un enfoque colaborativo podremos dar respuesta efectiva a las necesidades de los migrantes y garantizar que todos, sin importar su origen, puedan vivir con dignidad y esperanza.

Información: ONU Noticias

Fotografía: UNHCR

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