Canadá ha sido crítico con las decisiones en materia energética que ha promovido la actual Administración. En mayo, por ejemplo, luego de que el Centro Nacional de Energía (Cenace) publicó el decreto por el cual se suspendían las pruebas para nuevas plantas de regeneración eléctrica, a través de métodos renovables, el embajador canadiense en México, Graeme C. Clark, advirtió que era un error: «Dicho acuerdo establece diversas acciones y estrategias de control operativo, las cuales ponen en riesgo la operación y continuidad de proyectos de energía renovable de empresas canadienses en México».
Con motivó de la entrada en vigencia del nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y su homólogo mexicano, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, sostuvieron una llamada telefónica en la cual abordaron diversos temas de interés. Uno de ellos, como manifestó el Gobierno canadiense, fue la producción de energía renovable: «El Primer Ministro y el Presidente discutieron la inversión en infraestructura de energía renovable para ayudar a combatir el cambio climático y apoyar el crecimiento económico«.
Cabe recordar que Canadá ha sido uno de los principales impulsores de la inversión pública y privada en energía limpia en nuestro país.