Opinión

¿Han estado leyendo a Maquiavelo?

Ricardo Cruz y Celis Jiménez*

Maquiavelo dedica todo un capítulo de su obra, el Príncipe, a “si las fortalezas y otras muchas cosas que los príncipes hacen con frecuencia son útiles o perjudiciales”. En este breve artículo examinaremos, si el titular del ejecutivo ha seguido el consejo del Filósofo, o si está incurriendo en las fallas señaladas por él.

El primer consejo que Maquiavelo da es que debe armar a sus súbditos, pues de este modo, las armas del pueblo se convierten en las suyas. Así, según el filósofo, se acerca a quienes fueron enemigos y se asegura la lealtad de quienes ya eran fieles. Hoy en día ya no se usan armas físicas, pero si electorales y diplomáticas. El presidente obedeció al pie de la letra, y otorgó una cantidad espectacular de recursos públicos, y cargos diplomáticos, al pueblo bueno y opositores débiles, que, en manos de sus fieles y nuevos miembros del servicio exterior mexicano, se han convertido en su mejor arma electoral.

El siguiente consejo que da el filósofo, consiste en tener cuidado con las divisiones internas, provechosas en tiempos de paz, pero desastrosas en los de guerra (y electorales). Hasta el momento, ha seguido de forma precisa la primera parte del consejo, pero parece ignorar la segunda. A nadie escapa que al interior de MORENA existen al menos dos grupos: los puros y los otros. Hasta el día de hoy, ha obtenido un extraordinario provecho político de la división: ha mantenido a sus políticos peleando entre sí, y no en contra suya. Pero, si no se ocupa de subsanar rápidamente esta situación y, por el contrario, la sigue agravando más, por ejemplo, al omitir a su coordinador en el Senador, como un legítimo aspirante a la Presidencia, la consecuencia, le advierte Maquiavelo, solo puede ser una: el partido interno más débil se unirá a las fuerzas externas, y el otro simplemente no podrá resistir. El fin de MORENA.

El tercer y último consejo que Maquiavelo ofrece es que recuerde el motivo que impulsó a los ciudadanos a favorecerlo en las urnas: No fue un afecto natural a su persona, pues si esto fuera cierto hubiera ganado en 2006 o 2012, fue un descontento con el gobierno anterior. Por lo tanto, debería optar por dejarse ayudar por quienes estaban conformes con el gobierno anterior, sus adversarios, en lugar de quienes le han sido demasiado fieles. Puesto que, los primeros le servirán con mucha mas fidelidad, ya que saben que les es necesario borrar con buenas obras la opinión que emana del titular del ejecutivo, lo que le permite obtener más provecho que de aquellos, que, por serle demasiado fieles, descuidan sus obligaciones. El Presidente ha obedecido, en mayor o menor medida, integrando a adversarios históricos como al actual director de CFE, o a exgobernadores priistas que decidieron entregar sus estados a cambio de una buena opinión (y un cargo diplomático). Pero, al parecer, en lo que respecta a la política interior, su imagen y las próximas elecciones, prefiere apoyarse en gente que verdaderamente descuida sus obligaciones, desde lo más elemental, pues no pueden escribir “Washington”, “Presidente” ni “Andrés” de la manera correcta, por ejemplo.

¿Qué opina usted, han estado leyendo en Palacio Nacional o no a Maquiavelo?

 

 

*Secretario adjunto a la Presidencia del CEN del PRI

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