Desafortunadamente, para la verdad de los datos y la información, la presagiada crisis económica derivada de la pandemia ya es una realidad. En el primer trimestre de 2020 se profundizó la caída en la actividad económica de nuestro país: cayó 2.4% en términos anuales, el nivel más bajo en más de una década, según reportó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Respecto al trimestre anterior —es decir, octubre a diciembre de 2019—, la contracción fue solamente de 1.6%; dato que, aunque menor, también representa la caída más pronunciada desde finales de 2008, cuando enfrentábamos una crisis financiera global.
Las actividades secundarias o industriales se contrajeron 3.8%, mientras que los servicios, o actividades terciarias, cayeron 1.4%. Sin embargo, las actividades primarias (principalmente actividades agropecuarias) registraron una expansión de 1.2%. Todo esto, a tasa anual.
Naturalmente, esta crisis no es aislada. Nuestro vecino del norte, Estados Unidos, registró un detrimento económico de 4.8% durante el primer trimestre —igualmente su ritmo más acentuado desde la recesión de 2008—. Mientras tanto, la economía de España se contrajo 5.2%, la caída más profunda en la historia de los registros de esta naturaleza, solamente comparable a la depresión acaecida durante la Guerra Civil (1936-1939).
Fotografía por Clara.
