Salud

Cuidar la mente, salvar vidas: México y el compromiso con la salud mental

La salud mental es un pilar esencial para el bienestar y el desarrollo de las personas. Los trastornos mentales, que no distinguen edad, condición ni género, representan un desafío creciente a nivel global. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión afecta a más de 300 millones de personas en el mundo. Detectarla y tratarla de manera temprana es crucial para evitar que limite el desarrollo integral de quienes la padecen.

El reciente Día Mundial de Lucha contra la Depresión nos recordó la importancia de sensibilizar sobre esta condición. Esta fecha subraya la necesidad de prevenirla, así como de garantizar el acceso oportuno a servicios de atención profesional para quienes lo requieran.

En México, la situación es alarmante. Entre los trastornos más frecuentes destacan la ansiedad, que afecta al 52.8% de la población, y la depresión, con una prevalencia del 25.1%. De manera preocupante, más del 74.5% de las personas afectadas son mujeres. Además, la tasa de suicidio ha ido en aumento, con 8,123 casos registrados en 2022. Entre los factores de riesgo se encuentran la violencia en sus diferentes formas (física, verbal y psicológica), el aislamiento social y la falta de apoyo emocional.

Esta crisis pone de manifiesto la urgencia de implementar estrategias efectivas para prevenir la depresión y otros trastornos mentales, con el objetivo de ofrecer ayuda antes de que estas condiciones deriven en tragedias irreparables.

La salud mental no es solo un problema individual; es un desafío global que exige una respuesta integral y coordinada. La colaboración entre los sectores de salud, educación, gobierno y sociedad civil es indispensable. Asimismo, erradicar los mitos y tabúes relacionados con la salud mental es clave para reducir el estigma social que impide que muchas personas busquen ayuda profesional.

Uno de los principales retos en México es integrar los servicios de salud mental en el sistema de atención primaria. Esto requiere voluntad política y recursos para garantizar su implementación efectiva. Paralelamente, las campañas de concientización y los programas educativos en escuelas e instituciones pueden reducir significativamente la incidencia de trastornos mentales en la población.

Es importante entender que la depresión no es solo un desafío personal, sino también un problema social que afecta la calidad de vida y limita el desarrollo de comunidades enteras. La crisis de salud mental que enfrenta México demanda atención prioritaria y acciones concretas.

A través de la sensibilización, el fortalecimiento del acceso a servicios profesionales y la inclusión de la salud mental en las políticas públicas, es posible prevenir y tratar los trastornos mentales. Solo así se podrá garantizar un desarrollo pleno y saludable de la sociedad, protegiendo vidas y promoviendo el bienestar colectivo.

Información: El Economista

Fotografía: EDH-Shutterstock

Comentarios

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba