El año que está por iniciar vendrá acompañado de nuevas oportunidades, pero también de muchos retos para nuestros connacionales que habitan en Estados Unidos.
El fin de la era Trump debe representar una evolución en el tratamiento de la migración en aquella nación, a la cual ha quedado claro que las y los mexicanos vamos a trabajar y a hacer nuestra vida en su territorio, buscando hacer equipo, progresar y respetar las leyes.
El inicio de la administración del presidente Joe Biden apunta en ese sentido, teniendo la visión y capacidad de perfilar un gabinete diverso y plural en donde la hispanidad se encontrará más presente que nunca.
Ello no significa que México pueda darse el lujo de permitir que los importantes servicios que ofrecen los Consulados desplegados en la Unión Americana se reduzcan, sino al contrario, el servicio consular debe redoblar el paso para atender oportuna y eficientemente las denuncias de violaciones a los derechos humanos de mexicanos en Estados Unidos, así como el otorgamiento de pasaportes, credenciales de elector, actas de nacimiento y demás documentos que son fundamentales para nuestros paisanos.
El mayor número de las veces la mala planeación gubernamental genera grandes perjuicios a la población. Por ejemplo, para el año que está concluyendo la protección consular originalmente recibió un presupuesto de tan solo 75 millones de pesos, lo cual era a todas luces insuficiente para realizar todas las tareas fundamentales que los Consulados tienen encomendadas. Por ello, el presupuesto que acabó recibiendo fue casi cuatro veces mayor al alcanzar 325 millones de pesos, no obstante, dichos recursos llegaron tarde, muy tarde para remediar muchos asuntos que requerían respuesta institucional inmediata y que, lamentablemente, terminaron por perjudicar a nuestros connacionales.
2021 no será diferente y los Consulados enfrentan la incertidumbre sobre su capacidad presupuestal de respuesta.
A ello se suma que, por orden de las autoridades estadounidenses, deberá reducirse el número de empleados consulares que no tengan la calidad migratoria de residentes, lo cual afecta enormemente al capital humano con que cuenta cada uno de los 50 consulados de México en aquella nación, tratándose de mujeres y hombres con gran capacidad, experiencia y vocación de servicio y que están ante el riesgo de quedarse sin empleo.
Se trata de servidores públicos mexicanos que han hecho una vida al Norte del Río Bravo, que tienen familia y que además, en promedio, realizan su trabajo por un salario mensual de 2 mil dólares, es decir, por debajo del mínimo exigible en aquella nación, lo cual es una injusticia.
Los servicios que prestan esas mujeres y hombres en los Consulados son insustituibles y la atención diplomática mexicana debe concentrarse en lograr nuevos acuerdos con la administración del presidente Joe Biden, con la intención de no debilitar a nuestros Consulados y, por ende, la atención a nuestros connacionales.
El PRI pide a quien será el nuevo Embajador de México en Estados Unidos que asuma como tarea prioritaria el respaldo a los Consulados mexicanos y a su personal, que se convierten en aliados insustituibles de las organizaciones de migrantes en la defensa de los derechos humanos y de la dignidad de la sociedad mexicana que habita en aquella nación.
*Presidente Nacional del PRI