
2 de abril: Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo
Cada 2 de abril conmemoramos el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, una fecha proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2007 con el propósito de aumentar la comprensión social y promover la inclusión de las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Este día representa una oportunidad no solo para visibilizar esta condición neurobiológica, sino también para replantear el papel que cada sociedad juega en garantizar los derechos y la dignidad de quienes viven con autismo.
El autismo afecta la manera en que las personas se comunican, interactúan socialmente y procesan la información sensorial. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 100 niños en el mundo presenta algún trastorno del espectro autista, aunque las cifras pueden variar dependiendo de los criterios diagnósticos y los métodos de medición utilizados en cada país. En Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) informaron en 2020 que 1 de cada 36 niños de 8 años tiene un diagnóstico de TEA, lo que muestra un incremento sostenido en la prevalencia en las últimas dos décadas.
En México, aún no se ha realizado un censo nacional específico que permita conocer con precisión la prevalencia del Trastorno del Espectro Autista (TEA) en menores de edad. El estudio más representativo hasta ahora fue realizado en 2016 por investigadores con el respaldo de la organización Autism Speaks y la Clínica Mexicana de Autismo (CLIMA), con sede en León, Guanajuato. Según sus hallazgos, 1 de cada 115 niños podría presentar autismo, lo que equivaldría a una población estimada de 400,000 menores de 18 años en todo el país; sin embargo, al tratarse de una investigación de carácter local, sus resultados no pueden considerarse representativos del panorama nacional. Esta falta de datos actualizados y de alcance nacional evidencia uno de los principales retos que enfrenta el país: la escasez de diagnósticos certeros y oportunos, así como la urgente necesidad de asignar recursos institucionales que garanticen una atención integral y eficaz para las personas con TEA. En este contexto, cobra especial relevancia la Iniciativa con proyecto de decreto que expide la Ley General para la Atención y Protección a Personas con la condición del espectro autista, presentada por la Diputada Paloma Villaseñor Vargas, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), e incluida en el Diario de los Debates el 17 de febrero de 2015, la cual constituyó un paso fundamental para establecer un marco legal que promueve los derechos, la inclusión y el acceso a servicios especializados para la población con TEA.
En los últimos años, el aumento en los diagnósticos de autismo ha sido notable, en gran parte gracias a una mayor concienciación social, avances en la capacitación de profesionales de la salud y el perfeccionamiento de las herramientas de detección. Esta mejora ha permitido que muchas personas particularmente en la infancia accedan a un diagnóstico más temprano y con ello a intervenciones oportunas que pueden mejorar significativamente su calidad de vida. Sin embargo, persiste una importante desigualdad en términos de género, por cada niña diagnosticada con Trastorno del Espectro Autista (TEA), se identifican aproximadamente cuatro niños. Investigaciones recientes sugieren que esta disparidad podría no reflejar una menor incidencia en mujeres, sino más bien una tendencia en ellas a enmascarar sus síntomas mediante estrategias de adaptación social, lo que ha llevado a una subrepresentación preocupante en las estadísticas. Esta realidad pone en evidencia la urgencia de adoptar enfoques diagnósticos más sensibles al género, que permitan reconocer y atender adecuadamente la diversidad de manifestaciones del autismo.
El diagnóstico temprano es clave. Tradicionalmente, el autismo se detectaba a partir de los tres años, pero nuevas herramientas tecnológicas basadas en inteligencia artificial han permitido identificar signos del espectro desde los nueve meses de edad. Esta innovación representa una revolución en el abordaje del TEA, ya que cuanto antes se implementen intervenciones adecuadas, mayores serán las posibilidades de mejorar la calidad de vida de las personas autistas.
En el contexto nacional, organizaciones de la sociedad civil, profesionales de la salud y familias coinciden en que aún falta mucho por hacer. La limitada infraestructura, la escasa capacitación especializada y la falta de una estrategia nacional clara son obstáculos que dificultan la inclusión real de las personas con autismo. En estados como el Estado de México o entidades del sureste del país, muchas familias deben esperar años para recibir un diagnóstico o acceder a terapias adecuadas.
El Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo no debe quedarse en una simple conmemoración simbólica. Es un llamado a la acción colectiva para romper mitos, eliminar barreras y construir entornos accesibles, comprensivos y empáticos. Invertir en detección temprana, investigación científica, educación incluyente y políticas públicas eficaces es una responsabilidad compartida entre gobiernos, instituciones y ciudadanía.
Comprender el autismo es un primer paso hacia una sociedad más justa. Solo desde el conocimiento y el respeto se puede avanzar hacia una inclusión real, en la que cada persona, sin importar su forma de percibir el mundo, tenga la oportunidad de participar plenamente en la comunidad.
Información: OMS/TEA/ONU
Fotografía: AI