Opinión

La vicepresidencia y el 3 de noviembre

Anahí Benítez Sánchez*

El martes 11 de agosto, el candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos —y exvicepresidente durante la gestión de Barack Obama—, Joe Biden, eligió a la senadora por California, Kamala Harris, como su compañera de fórmula para ocupar uno de los cargos más importantes: la vicepresidencia. De conseguir la victoria electoral, la convertiría en la primera mujer afroamericana en la historia en ostentar dicho cargo.

La figura de la vicepresidencia resulta muy relevante y cobra importancia desde 1977, año en el cual comenzó el mandato de Jimmy Carter, con el vicepresidente Walter Mondale. El mismo Biden estuvo muy inmerso en temas de política exterior durante la administración de Obama. Y es que, si el presidente de E.E.U.U. llegara a faltar, la vicepresidencia inmediatamente tomaría el lugar.

Lo anterior cobra relevancia cuando consideramos que una de las principales preocupaciones que se tiene sobre del candidato demócrata es su edad: mientras Joe Biden cuenta con 77 años (uno de los candidatos más veteranos), Kamala Harris apenas tiene 55 años, inyectando energía, juventud y conocimiento de temas sensibles a la campaña.

Kamala Harris es una mujer que aporta mucho al Partido Demócrata: sus principales luchas se han centrado en combatir el abuso policial (recordemos el brutal asesinato de George Floyd) y la discriminación racial. Estas agendas se han vuelto una gran asignatura pendiente tanto para las administraciones demócratas como, sobre todo, para las republicanas.

Por esto, Harris tiene el poder de atraer a más grupos minoritarios, lo que se traduce en 30 millones de votantes potenciales. Por si no fuera poco, también tiene el poder de atraer recursos a la campaña: durante las primeras 24 horas después de su anuncio como compañera de fórmula, logró reunir más de 35 millones de dólares.

Por todo lo anterior, el actual presidente estadounidense, Donald Trump, ha comenzado una guerra en contra del sistema democrático y postal. Si bien es cierto que no se puede posponer la elección, como ha comentado, lo que si puede es inyectar desconfianza ante los estadounidenses por la forma en que las elecciones se llevarán a cabo.

Es así como la fórmula Trump/Pence tiene grandes problemas a vencer antes el día de la elección: primero, el terrible manejo de una pandemia que ha arrebatado la vida a más de 170 mil personas; segundo, una crisis económica catastrófica y sólo comparada con la Gran Depresión de 1929, y tercero, una fórmula que está destinada a ganar.

En caso de que el triunfo le favorezca a los demócratas, será interesante saber cuál será la política exterior que Biden y Harris implementarán con México y, lo más importante, la postura que deberá de adoptar nuestro país.

 

*Secretaria Técnica de Atención para Estados en Oposición

Comentarios

Publicaciones relacionadas

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba