Descubren un bajorrelieve en el Templo Mayor
Se trata de una águila de tezontle de gran tamaño en un sitio ceremonial de cremación
Según la cosmovisión mexica, Huitzilopochtli -señor de la guerra y dios del sol- representado en múltiples ocasiones como un águila, guio a los hombres hasta la tierra prometida desde Aztlán. La señal para fundar la nueva ciudad era encontrar un águila sobre un nopal devorando una serpiente. El mito cuenta que fue ahí, en el lago de Texcoco, donde los mexicas recibieron la señal de Huitzilopochtli y construyeron la gran Tenochtitlan. Es por ello que la representación del águila guarda un papel fundamental en la cultura mexica que ha sido heredado hasta la actualidad en los símbolos nacionales de México.
Una reciente excavación en el Templo Mayor, el corazón de lo que fue Tenochtitlan y hoy es el centro de Ciudad de México, encontró un bajorrelieve con un águila tallada en piedra de tezontle rojo. Después de 500 años bajo el suelo, su majestuosidad volvió a ver la luz. La pieza forma parte de una losa del piso de la plaza que daba acceso al Templo Mayor y que data del siglo XV, época del reinado de Moctezuma I.
La excavación dirigida por el arqueólogo Leonardo López Luján está entre las calles de la República de Guatemala y República de Argentina. Debajo de los ojos de la ciudad descansan las escalinatas de la sexta etapa del Templo Mayor y el lugar donde estuvo el Huei Cuauhxicalco, el lugar donde se llevaron a cabo las cremaciones de algunos reyes mexicas, completamente desaparecido en la actualidad, señala la publicación especializada Arqueología Mexicana. Cuauhxicalco además significa “lugar de la jícara del águila”, sitio que cumplía también una función de recinto para realizar sacrificios, de acuerdo a López Luján.
Sorprenden las dimensiones del hallazgo y el excelente estado de conservación de la losa. Se trata de la representación de mayor tamaño que se ha descubierto de un águila en el Templo Mayor. Mide 1,06 metros de largo por 79 centímetros de ancho, lo que lo convierte en el relieve más grande de un conjunto de 67 descubiertos. El águila, a la que los mexicas llamaban itzcuauhtli, está esculpida de cuerpo entero y de perfil. “Sobresale su cabeza, donde se percibe el ojo anular y un pico robusto en forma de gancho, del que sale la lengua”, mencionan los arqueólogos de la excavación.
Con las alas y las garras abiertas, este ser celeste lleno de fiereza llama la atención por los cuchillos de obsidiana que tiene a modo de plumas, lo que guarda un simbolismo con la guerra y los sacrificios. Existen representaciones parecidas en el Códice Borgia o Códice Yoalli Ehécatl, del siglo XIII, donde pueden apreciarse los cuchillos sacrificiales entre las alas del animal.
El águila era venerada por los antiguos mexicas, ya que al igual que el sol, es el ave que vuela más alto. Su explicación cósmica y mitológica ha quedado ligada no solo a la fundación de Tenochtitlán, sino también a la creación del Estado mexicano y a la bandera que ondea hoy en cada plaza pública. “¿Realmente vieron los mexicas al águila parada sobre el nopal?”, se preguntaba el eminente arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma. “No fue así. Lo anterior es un buen ejemplo de que el mito y la realidad se entretejen (…) porque es la respuesta que un pueblo da sobre determinados acontecimientos para legitimar su presencia”, se responde en el mismo texto.
Las numerosas referencias que se han encontrado en las excavaciones, así como los restos de esqueletos de águila a modo de ofrenda, revelan su importancia. “El estudio iconográfico de los bajorrelieves de águila real nos ayuda a entender su presencia en el lado sur del edificio más importante para los mexicas, estrechamente vinculada con el Sol-Huitzilopochtli”, señalan los arqueólogos en la publicación especializada.
La casa de las águilas en el Templo Mayor.INAH / INAH
Bajorrelieve del águila real encontrado en el Templo Mayor. MIRSA ISLAS
Información de: El País