El 26% de la población a nivel nacional que equivale a 33 millones de mexicanos, carece totalmente de alguna afiliación a servicios de salud, el 33% de los usuarios afiliados a la seguridad social han acudido a consultorios privados, sobre todo, a los adyacentes a farmacias en medio de la pandemia de COVID-19.
“Además de generar un gasto en el bolsillo afecta a la salud, el modelo de negocio de esos consultorios no es prevenir ni tratar los padecimientos de forma integral, ni evitar que se compliquen si no resolver los síntomas y hay evidencia de que también tiene que ver con recetar medicamentos. Por eso es tan importante la atención primaria de salud”, explicó Rogelio Gómez-Hermosillo, coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.
El 45% de la población, que es igual a 56 millones de personas, cuenta con afiliación a servicios de salud de la seguridad social (IMSS, ISSSTE, SEMAR y SEDENA), el 27% (33.8 millones de personas) está afiliada a sistemas públicos diferentes a la seguridad social, como el INSABI e IMSS Bienestar y el 2% cuenta con seguro privado o afiliación a otra institución.
“Alrededor del 65% de la gente ha reportado que no ha asistido a sus consultas de atención y ha sido no porque la persona lo haya decidido, sino porque los servicios del gobierno han cancelado las consultas o las han reprogramado”, explicó Mariana Campos, Coordinadora del Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa. Ante esto, los expertos vieron la necesidad de incrementar el gasto público en salud al menos un 20%. México es de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que menos gasta en salud, destina sólo 2.8% del PIB cuando 6.6% es la proporción promedio de los países que conforman este organismo internacional
“El parámetro en el que eventualmente hay que llegar es el 6% del PIB para estar en posibilidades de garantizar el derecho de la salud, de acuerdo con la experiencia internacional. Eso no es algo que podamos hacer de un día al otro, lo que tenemos que construir son las bases del sistema y generar un plan a mediano plazo para incrementar el gasto a la salud”, añadió Campos.
Asimismo, señalaron la necesidad de ofrecer una cobertura universal en salud a partir de un modelo de atención temprana que eleve e iguale la calidad de los servicios que se ofrecen a los mexicanos sin exclusiones, privilegios ni distinciones.
“Tenemos que alcanzar una cobertura de salud para todas las personas sin distinción, sin depender de su capacidad de pago; la mitad de la población no tiene ingreso suficiente de adquirir lo más básico y deben acceder a servicios de salud con calidad y desde el nivel de atención primaria y preventivo porque eso cambia la calidad de vida”, finalizó Gómez-Hermosillo.
Información de Forbes México
Fotografía de Miriam Jiménez