El aumento en la perspectiva de crecimiento económico de México para este año, que pasó de 3.3% a 4.8%, es un espejismo, pues sin perder de vista que la caída del año pasado fue de 8.5%, se trata de un crecimiento desigual, básicamente impulsado en el sector exportador gracias a los estímulos inyectados por nuestro principal socio comercial, Estados Unidos.
Otro factor vinculado con el motor externo que nos está impulsando son las remesas, las cuales han registrado envíos extraordinarios debido a que nuestros connacionales al norte del Río Bravo saben que la situación en territorio nacional no está bien y que sus familias enfrentan mayores retos para adquirir lo básico.
Ninguno de estos dos factores son producto de una política económica eficaz del gobierno de Morena, el cual sigue sin entender la magnitud del tsunami que nos cayó encima y sigue empecinado en no adaptar sus planes a la realidad de una sociedad pauperizada.
Los mexicanos atestiguamos cómo los recursos que aportamos vía impuestos, contribuciones y derechos al gobierno federal son utilizados en caprichos faraónicos que cada día nos cuestan más y no vemos su utilidad.
Muestra de ello es que el gobierno de Morena, en plena pandemia, decidió recortar la inversión en salud y vacunación para desviar los recursos públicos a los elefantes blancos que se construyen en el centro y sureste mexicanos. Basta con tener claro que el costo del aeropuerto en la base militar de Santa Lucía equivale diez veces a los recursos que se necesitan para comprar vacunas.
A ello se suma el fracaso de la estrategia gubernamental —según ellos— para rescatar a Pemex, pues en lo que va del actual gobierno la empresa productiva del Estado solo ha reportado pérdidas e incrementado brutalmente su deuda, la cual representa que cada una y cada uno de los mexicanos debamos 20 mil pesos. Al paso que vamos y de no corregir el camino, tenga por seguro que la deuda individual pudiera llegar a ser de tres dígitos.
Otro gran espejismo que Morena pretende hacernos creer es que sus políticas asistencialistas son exitosas y están apoyando a las familias que más lo necesitan. Según este desgobierno los apoyos sociales llegan a 7 de cada 10 mexicanos, sin embargo, de acuerdo con el INEGI la realidad es que solo 2.5 mexicanos reciben alguna subvención, de ahí que las remesas hayan aumentado.
El gobierno de Morena no solo no ha sacado a mexicanos en situación de pobreza, sino por el contrario, ha sumido a 10 millones más en esa condición.
Por si faltara algo, los ahorros que los gobiernos fueron creando desde hace 30 años han sido dilapidados por Morena en solo 2 y de ahí que ahora esté impulsando una reforma en materia impositiva, lo cual sería como darle más cerillos a un pirómano.
Con base en lo establecido en el artículo 25 constitucional, al Estado mexicano corresponde la rectoría del desarrollo nacional integral y sustentable, por lo que el PRI exige al gobierno de Morena que asuma cabalmente sus responsabilidades y deje de creer que Estados Unidos y nuestros connacionales pueden relevarlo en sus obligaciones de crear las condiciones necesarias para que exista desarrollo social y progreso.
La economía nacional exige que se privilegie el apoyo a las familias, a las pequeñas y medianas empresas y a las instituciones públicas en estos momentos de crisis.
*Presidente Nacional del PRI