Apuntes sobre operación política
Lázaro Jiménez Aquino*
La cohesión del trabajo de operación política con la estrategia de campaña tiene un carácter fundamental.
Todos los gobiernos tienen operadores políticos, y en sistemas de países basados en partidos, no sería posible el ejercicio de poder del gobierno ni la llegada de personajes a los cargos públicos sin el trabajo de los operadores, que en Latinoamérica, así se les reconoce a quienes hacen el vínculo entre los distintos sectores de la sociedad con los partidos políticos, y posibilitan la activación así como la movilización ciudadana para distintos fines como las elecciones.
La operación política es negociación, y tiene como propósito influir en otra persona para que tome cierta decisión, su herramienta es la persuación que se lleva a cabo regularmente a traves de la conversación informal, y no sólo se usa en la política o el gobierno, sino en empresas y organismos nacionales e internacionales.
El operador político es un especialista en materia de comunicación estratégica, entiende e identifica las ventajas de cada uno de los agentes que intervienen y conoce las herramientas que permiten llegar a acuerdos, realizar movilizaciones y, en suma, pasar de los argumentos a los hechos.
La persona que desea desarrollar su potencial como operador político debe contar con carácterísticas de liderazgo, buena reputación, amplias relaciones personales e institucionales, receptor y difusor de información, habilidad en el manejo de conflictos, asignador de recursos y excelente negociador.
Liderazgo, carisma, abanderamiento de causas sociales, son pues, entre otras muchas, características esenciales de un operador político. La capacidad de operar políticamente, se ha convertido en una de las más importantes habilidades demandadas para el desarrollo del trabajo político. “En un proceso de operación política, la mejor negociación no es aquella en que uno gana y el otro pierde, la mejor negociación es aquella en que todos ganan”.
En la actualidad, el operador político está más asociado con la consultoría política, es un profesional que ha acumulado experiencia y estudios para ayudar a un candidato a realizar una campaña eficiente y competitiva, entiende el comportamiento de los electores y conoce las herramientas de estudio del mercado político, define segmentos y diseña estrategias ganadoras.
En conclusión, no habría acuerdos para establecer legislación ni políticas públicas sin la intervención del operador político con su cabildeo, negociación o lobbying; este actor es quien posibilita la conciliación y los compromisos, pero para lograrlo requiere de preparación, conocimiento de la esfera del poder, del sistema político, funcionamiento de los partidos, de la participación ciudadana y la calidad de la democracia.
* Diputado Federal y Presidente del IRH Nacional