Campañas electorales impecables en el Proceso Democrático Mexicano
Ambrosio Corona Carbarín*
El proceso electoral es la manifestación más clara y palpable del ejercicio democrático de un país. En el 2024, las campañas electorales adquieren un papel crucial, ya que no solo reflejan la diversidad ideológica y la pluralidad de propuestas, sino que también evidencian la capacidad de las instituciones para garantizar un proceso imparcial y equitativo.
En la historia política de México, el ejercicio del voto ha representado la voz de la ciudadanía, un derecho fundamental y una herramienta para la construcción de una sociedad más justa y participativa. En este sentido, las campañas electorales son la vitrina a través de la cual los candidatos exponen sus propuestas, visiones y planes de gobierno, pero también son el termómetro que mide la eficacia del proceso democrático.
En el Instituto de Formación Política Jesús Reyes Heroles, A.C. (IRH), tiene la gran responsabilidad conferida por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), de ser una de las instancias rectoras que haga cumplir los requisitos internos en los comicios, pues quien aspire a una candidatura deberá aprobar el examen de conocimientos básicos, siendo así, que las y los candidatos tengan a bien el representar nuestros principios partidistas.
Es imperativo que las campañas electorales se desarrollen en un ambiente de respeto, tolerancia y civilidad. El debate de ideas y propuestas debe ser el centro, dejando de lado la descalificación personal o el discurso polarizador que solo divide a la sociedad. La promoción de un diálogo constructivo y el fomento de la participación ciudadana son esenciales para fortalecer el tejido social.
Los espacios electorales en el México del 2024 deben ser accesibles, inclusivos y transparentes. La difusión equitativa de información, la utilización responsable de los recursos públicos y la rendición de cuentas son aspectos cruciales para asegurar la confianza de la población en el sistema electoral.
Es vital destacar la importancia de una ciudadanía informada y comprometida. Los electores tienen el deber y la responsabilidad de informarse sobre las propuestas de los candidatos, analizar sus planes de gobierno y evaluar sus capacidades para ejercer el cargo al que aspiran. El voto consciente y reflexivo es la piedra angular de una democracia sólida.
En conclusión, las campañas electorales en México deben ser un reflejo de la madurez democrática de la nación. Un proceso imparcial, equitativo y transparente fortalece la legitimidad de las instituciones y promueve la construcción de una sociedad más justa y participativa. Es tarea de todos preservar y defender estos valores para consolidar un México democrático y plural.
*Secretario Técnico del IRH Nacional