Opinión

Estragos laborales del coronavirus

Marco Antonio Mendoza Bustamante*

Bien decía Napoleón Bonaparte que aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla. Pareciera que la humanidad ha olvidado que los virus y las bacterias han sido un enemigo silencioso que ha cobrado la vida de millones de personas a lo largo de la historia, prueba de ello es la peste negra del siglo XVIII, el cólera del siglo XIX, la gripe española de principios del siglo XX y recientemente el VIH o la influenza.

Como si el mundo no hubiere aprendido la lección, vemos a países sumidos en la tragedia de una tardía respuesta a los retos sanitarios y económicos que supone el Covid-19. Uno de los mayores costos de la pandemia se dará en el bolsillo de millones de familias que actualmente están perdiendo sus empleos y fuentes de ingreso ante una economía paralizada.

En México, tan sólo entre marzo y abril de este año, se perdieron más de 360 mil empleos a causa de la emergencia sanitaria, lo que nos debe llevar a tener claro el marco normativo aplicable en materia laboral en estos casos.

Es importante que los empleadores tengan presente que ni la emergencia ni las medidas decretadas por el Gobierno justifican el despido de trabajadores, por lo cual serán considerados como despidos injustificados y podrá ser demandada la indemnización correspondiente o la restitución del empleo por la vía laboral.

Debe considerarse también el decreto emitido por el Gobierno de México en el que establece las medidas sanitarias, detalla los giros y actividades que deben suspender actividades durante esta emergencia sanitaria. En este caso, los artículos 429 y 230 de la Ley Federal del Trabajo establecen que será la autoridad laboral la que determine el monto de la indemnización que corresponda.

En caso de despido injustificado, el empleado tendrá dos meses para promover la demanda correspondiente; sin embargo, atendiendo a que la autoridad federal ha suspendido plazos, este término empezará a correr a partir de que concluya el estado de emergencia.

Lo anterior pone de manifiesto la importancia de que tanto empleadores como trabajadores busquen esquemas de diálogo y negociación que les permitan llegar a un acuerdo, sobre todo, con el propósito de que no se pierdan las fuentes de empleo sin que ello represente que un trabajador deje de contar con lo mínimo indispensable para la subsistencia de su familia.

En una situación tan adversa es importante hacer uso de la conciencia social y tener en cuenta que el impacto más fuerte, tanto por la falta de empleo como de medidas económicas asertivas que nos permitan salir adelante como país, se hará presente pasando la emergencia sanitaria, ya que el proceso de recuperación económica seguramente será paulatino.

Todos tenemos algo que aportar para salir adelante. México podrá sobreponerse, pero para lograrlo requiere de la suma de esfuerzos, de unidad y de ser asertivos en las medidas que se tomen para enfrentar esta difícil circunstancia.

 

*Secretario Adjunto a la Presidencia del PRI Nacional

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