República

El poder sin resultados no beneficia al país

El partido en el gobierno ha acumulado un control político sin precedentes, con mayorías legislativas y una fuerte presencia en los estados. Sin embargo, este poder no se ha traducido en soluciones para los problemas que afectan a la ciudadanía. Lejos de gobernar con responsabilidad, sus decisiones han generado retrocesos en diversos ámbitos, afectando la economía, la seguridad y la estabilidad del país.

Uno de los ejemplos más evidentes es el fallido compromiso de reducir el precio de la gasolina. En 2018, el litro costaba aproximadamente 18 pesos, y hoy supera los 27 pesos en muchas regiones. Ante esta situación, el gobierno recurrió a un «decretazo» para fijar el precio en 24 pesos, una medida que no resuelve el problema de fondo y que, por el contrario, genera incertidumbre en el mercado y afecta a los consumidores.

En el ámbito político, el oficialismo insiste en hablar de austeridad y transparencia, pero en la práctica opera con una lógica de opacidad y amiguismo. Mientras descalifica a quienes exigen rendición de cuentas, protege y beneficia a su círculo cercano con cargos y recursos públicos.

En materia de seguridad y justicia, su actuación ha sido errática y con claros contrastes. Cuando la ciudadanía exige respuestas ante la crisis de violencia, el gobierno evade su responsabilidad, minimiza los problemas y descalifica a sus críticos. Sin embargo, cuando la presión proviene del extranjero, las detenciones, los operativos y los discursos de mano dura aparecen de inmediato, evidenciando una doble vara en la aplicación de la ley.

La realidad es que este gobierno ha demostrado que su prioridad no es el bienestar de México, sino la consolidación de su propio proyecto político. En lugar de generar soluciones, ha debilitado instituciones, desmantelado programas sociales efectivos y creado un clima de polarización que frena el desarrollo del país.

Si no se corrige el rumbo, las consecuencias de su mala administración seguirán afectando a generaciones enteras. México no necesita más improvisación ni más excusas; necesita un gobierno que realmente trabaje en favor de su gente y que garantice estabilidad, crecimiento y seguridad para todos.

Fotografía: Solunion

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