México rebasó el jueves 25 de marzo las 200 mil muertes confirmadas por COVID-19, mientras el presidente describe la campaña de vacunación como una carrera contra el tiempo, pese a que se alistaba para convocar a personal militar, estatal y local adicional para asistir en las labores de vacunación a medida que se reciben más dosis, incluyendo un cargamento de un millón 700 mil vacunas de AstraZeneca que Estados Unidos “prestó» a México.
La cifra oficial de 200 mil 211 muertos por COVID-19 que anunció México el jueves por la noche se ubica detrás únicamente de las de Estados Unidos y Brasil, países con poblaciones mucho más grandes. Se cree, sin embargo, que la cifra real de decesos está más cerca de los 300 mil debido al bajo número de pruebas diagnósticas que se realizan en México.
El gobierno mexicano dejó de publicar cifras de exceso de mortalidad a finales de 2020. La última vez que se reportaron dichos datos fue a principios de enero, justo antes de que llegara el peor momento de la segunda oleada de fallecimientos.
Pero las autoridades de la Ciudad de México sí han publicado las cifras de exceso de mortalidad hasta finales de febrero, y revelan que el número de fallecimientos en enero fue casi 46% mayor al de la primera oleada en la capital, registrada en junio pasado.
La Secretaría de Salud federal reconoce casi 220 mil decesos “estimados” por COVID-19 hasta mediados de marzo, pero dicho cálculo no se basa en los reportes de exceso de mortalidad y probablemente no incluye a la gran cantidad de personas que fallecieron en sus casas.
La Ciudad de México fue una de las ciudades más afectadas del mundo. Entre los nueve millones de habitantes de la capital se reportaron 38 mil .627 muertes. Con apenas el 7.1% de la población del país, la Ciudad de México representa el 19.3% del total de muertes por COVID-19 en México.
Aunque los grandes centros urbanos con enormes sistemas de transporte podrían haber sido los más afectados a nivel mundial, la Ciudad de México también cuenta con instalaciones médicas mucho mejores a las del resto del país. Aun así, la capital registró unos 430 fallecimientos confirmados por COVID-19 por cada 100.000 personas.
El gobierno mexicano ha estado usando en gran medida dos vacunas de fabricación china, pero aún hay dudas debido a la falta de información sobre su efectividad, algo que podría sumarse al escepticismo ya existente.
En una encuesta realizada entre el 6 y 9 de marzo por la empresa GEA-ISA, apenas el 52% de los mil mexicanos entrevistados respondió que estaba dispuesto a recibir la vacuna. El 20% dijo que no estaba seguro y el 28% dijo que no se vacunará. La encuesta tenía un margen de error de 3.1 puntos porcentuales.
Con información de Vértigo Político
Fotografía de Alejandro Aguilar
