Política con Espiritualidad
Adriana Prieto García*
La espiritualidad en la política, la veo desde la perspectiva de la calidad humana de todas las personas que ejercemos esta profesión y de cada una de las personas que intervenimos en la construcción de este Instituto Político.
Con la necesidad de la dignificación, el ejercicio de la política, la identidad es esencialmente individual, particular y distintiva. El origen Histórico de valores, cultura, preparación y formación entre otras es la base inherente del Partido Revolucionario Institucional, conformado así, a lo largo de sus 94 años.
Con todos nuestras compañeras y compañeros con los que compartimos el espacio social-laboral en sus diferentes dirigencias en sectores, organizaciones, estructura del partido, militantes y por supuesto, al gran equipo que colabora en seguridad y quien nos asisten en el mantenimiento de nuestras instalaciones, son personas con una gran calidad humana, amables, trabajadoras, entregadas y comprometidos con la labor de nuestro instituto; esa, es la esencia de las y los priistas, que permea en la construcción del trabajo político. Factores que nos preponderan ante otras corrientes políticas.
La forma en que nos integramos y convivimos en “nuestra casa”, el PRI, es grato saber que somos un equipo, que, al saludarnos todos los días, estrechar su mano, es muestra de la gran familia que somos, fundada en el respeto personal y laboral en cada uno.
La esencia de lo que nos define se escribe día a día, en la lucha vehemente por los ideales, por la igualdad de derechos y por todas las necesidades mínimas y más básicas de las y los que vivimos en este grandioso país.
El camino que labra el PRI ha abierto la brecha y marcado el camino por el que se han desarrollado no solo una auténtica democracia, sino un importante avance en materia económica, política, social y cultural, bajo los gobiernos del Partido de los Revolucionarios.
En un contraste latente con la gobernabilidad de la política mexicana de los últimos años, vivimos en un insensible atraso que estamos sobreviviendo; la ausencia de valores como la empatía por los menos afortunados, la enfatizada fastuosa y excesiva forma de vida de los que hoy gobiernan, enmarcada por una ineficaz e inoperante forma de gobierno.
Condenado enérgicamente desde el seno de la cosmogonía partidista PRIista combatimos consientes, firmes, sensibilizados y en unidad. La experiencia y la práctica de gobernabilidad emanada de los gobiernos del PRI, bajo lo que nos hemos promulgado siempre, nos exige como partido, aportar una cambio categórico y apremiante para México, esa es la fuerza del PRI y esa es nuestra identidad PRIista.
*Secretaria de Comunicación Institucional del IRH Nacional