Presupuesto 2025: Obras faraónicas a costa de salud, educación y seguridad
El Presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro Moreno, denunció que el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2025 prioriza proyectos faraónicos como el Tren Maya, la refinería Dos Bocas y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, mientras reduce los recursos destinados a sectores fundamentales como salud, educación, seguridad, infraestructura y medio ambiente. Señaló que este modelo presupuestal perpetúa los errores de los últimos años y ahonda el endeudamiento del país.
“Morena ya agotó los ahorros acumulados durante décadas, desmanteló fideicomisos que brindaban apoyo directo a la población y ahora solo le queda contratar más deuda para cubrir sus excesos”, afirmó Moreno. Explicó que del total del presupuesto, que asciende a 9.2 billones de pesos, al menos 1.25 billones se financiarán con nueva deuda pública.
El dirigente priista advirtió que, aunque el discurso oficial presume el fortalecimiento de programas sociales, los recortes presupuestales podrían poner en riesgo sectores esenciales. “Áreas como salud, educación, atención a la primera infancia y cuidados enfrentarán reducciones de entre 1.5% y 10%, afectando directamente a las comunidades más vulnerables del país”, indicó.
Además, Moreno subrayó que el manejo de la deuda acumulada por esta administración requerirá 1.4 billones de pesos, equivalentes al 3.8% del PIB. Esto deja comprometido más del 80% del gasto total en pensiones y pagos de deuda, y destina solo el 1.7% del PIB a políticas públicas, marginando áreas que realmente mejoran la calidad de vida de la ciudadanía.
El líder nacional tricolor también cuestionó las proyecciones optimistas de la Secretaría de Hacienda, que estima un crecimiento económico de entre 2% y 3%. “El consenso de analistas independientes apenas alcanza 1.5%, lo que pone en duda la viabilidad de las cifras presentadas”, señaló.
Alejandro Moreno insistió en que, mientras el gobierno asegura que reducirá el déficit fiscal del 5.9% al 3.9% del PIB con disciplina financiera, en la práctica esto implica más recortes en áreas prioritarias para justificar el derroche en proyectos con poca rentabilidad social. “Este presupuesto consolida un modelo que no prioriza a las personas, sino al ego de un gobierno que prefiere la grandilocuencia de sus obras a la dignidad de su pueblo”.
Finalmente, hizo un llamado al Congreso de la Unión para revisar este presupuesto con responsabilidad y priorizar el bienestar de las familias mexicanas. “Es momento de poner en el centro de las decisiones a las personas, no a las obras faraónicas que poco aportan a la realidad cotidiana de las y los mexicanos”, concluyó.
Este presupuesto no solo define un año fiscal; representa la ruta de un país que no puede permitirse ignorar a quienes más lo necesitan.