Millones de latinoamericanos migran por el clima
En América Latina, se observa una importante migración y desplazamiento causados por factores climáticos. Los refugiados climáticos enfrentan el desafío de la indiferencia o la lenta respuesta de los estados. Este fenómeno se evidenció en Perú, donde grupos de personas se vieron obligados a huir como consecuencia de eventos extremos como El Niño, incendios en la Amazonía, inundaciones en Brasil, sequías en Chile y Centroamérica, y la subida del nivel del mar en el Caribe. La región es altamente vulnerable al cambio climático y sus efectos migratorios son significativos.
Según varios estudios, América Latina ocupa el cuarto lugar en el mundo en términos de migraciones causadas por eventos climáticos, con cifras alarmantes de nuevos desplazamientos cada año. La tendencia es preocupante, con un informe del Banco Mundial que estima un potencial de 17 millones de personas desplazadas en menos de tres décadas en la región.
Los desplazamientos pueden ser repentinos, como huracanes o incendios, o graduales, como sequías o la subida del nivel del mar. En Ecuador, muchas personas viven en áreas propensas a desastres naturales, mientras que en Brasil y México, las inundaciones y la erosión costera son problemas crecientes.
La Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, ha intensificado sus esfuerzos para proteger a los desplazados por causas climáticas. Sin embargo, se espera un aumento en la complejidad de la respuesta humanitaria debido al recrudecimiento de fenómenos meteorológicos.
El cambio climático afecta de manera desproporcionada a mujeres, niños y comunidades indígenas, quienes enfrentan mayores riesgos y dificultades durante los desplazamientos. La falta de hogares, educación, salud y servicios básicos agrava su situación, con millones de niños desplazados en toda la región.
Los desplazamientos climáticos plantean desafíos al derecho internacional, con la necesidad de minimizar los riesgos, proteger los derechos de las personas en tránsito y garantizar migraciones seguras y dignas. Aunque algunos países de la región están adoptando medidas para abordar estos fenómenos, la falta de recursos y presupuestos limitados limita su efectividad.
Fuente: El Periódico
Fotografía: El País
