Opinión

En defensa de la juventud mexicana

Alejandro Moreno Cárdenas*

Los jóvenes no quieren promesas ni buenos deseos, ni que les mientan diciéndoles que todo está muy bien: la juventud exige realidades.

Y si hay algo seguro en nuestro tiempo es que todo es cambiante y debemos luchar todos los días por lo que creemos y queremos, pero también por lo que no queremos para nosotros ni para nuestras familias.

Yo no visualizo a las y los jóvenes como un botín político ni como carne de cañón, sino como almas libres, independientes, exitosas y críticas de la realidad, pues sólo de esa forma lograremos alcanzar nuestras metas y resolver nuestros problemas, eliminando inercias anquilosadas e innovando en un mundo cada vez más competitivo y exigente.

Y para hacerlo, México necesita de su juventud, pero preparada y comprometida, nutrida de esa libertad no sólo física sino también de pensamiento que solo nos permite alcanzar la educación, que nos aleja de dogmas y fanatismos.

En ese sentido es que todos los jóvenes deben tener acceso a la educación en todos los niveles, desde la educación preescolar hasta el posgrado. Pero no sólo acceso, sino también contar con herramientas de permanencia, ya que la gran mayoría enfrenta diversas realidades en el hogar y en su comunidad, por lo que requieren apoyo decidido de las instituciones públicas.

Por ello, el PRI manifiesta su rotunda negativa al intento del gobierno de Morena de provocar, para el año entrante, el incremento desproporcionado en las tarifas del servicio de Internet y telefonía, ampliando con ello la brecha que separa a millones de estudiantes de la educación a distancia y del acceso a nuevas herramientas del conocimiento.

No es a través de impuestos regresivos como lograremos sacar al país adelante y menos aún, coartando las oportunidades de millones de jóvenes.

La juventud es el momento de mayor expansión de la inteligencia y creatividad, por lo que se debe impulsar la cultura, al tiempo de promover la educación y la labor empresarial como una herramienta de desarrollo profesional y social.

Se trata de entreverar la formación profesional con la formación de valores y de capacidades, a fin de que al egresar de las instituciones de educación superior la juventud cuente con una formación humana, que le permita desempeñarse en las más diversas esferas de la vida.

Y se los dice un joven, pues como sostuviera Víctor Hugo, “Los cuarenta son la edad madura de la juventud; los cincuenta la juventud de la edad madura”, y yo estoy en la edad madura de la juventud y puedo hablarles con conocimiento de causa: los jóvenes tenemos la fortaleza, capacidad y talento para desenvolvernos en el área o sector que elijamos.

Por ello, como parte de los cambios realizados en sus Estatutos, el PRI es el único partido en el mundo que ha reservado una de cada tres de sus candidaturas a las y los jóvenes luchadores, emprendedores y comprometidos con su país.

En el PRI estamos decididos a recuperar las oportunidades para la juventud que hoy, debido a decisiones erráticas e irresponsables, han desaparecido. Más educación, más oportunidades, más inversión, más empleo y más desarrollo.

 

Presidente Nacional del PRI

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